Del catenaccio al fútbol total (III/III)

Ascenso y caída del equipo de los sueños

por Juan Carlos Cabrera Pons

Cruyff-Pep

De entre los países que aún no he visitado, las mujeres que nunca me quisieron y los equipos que no estuve para ver jugar, a ninguno he añorado tanto como al Dream Team. Yo llegué al fútbol (o él a mí) tres años después de que Johann Cruyff renunciara en los vestidores del Camp Nou tras una ya mítica y airada discusión con Joan Gaspart, entonces presidente del club. Parece que había llegado hasta él la noticia de que las charlas para contratar a su sucesor como director técnico, Bobby Robson, estaban ya bastante adelantadas. Dejó a un equipo de ensueño derrotado. Los aficionados llenaron el estadio de pancartas de apoyo y, sobre todo, agradecimiento al ídolo neerlandés.

Cruyff era un rebelde, un genio loco, a son of a gun. La polémica lo acompañó toda su carrera, a veces como resultado de un compromiso sincero con su carrera, con la belleza del fútbol; a veces como un compromiso nada más consigo mismo, con la grandeza en vida de su leyenda. A finales de los 70, cuando la directiva del FC Barcelona propuso la dimisión del entrenador Rinus Michels, amenazó con dejar al equipo y lideró la campaña que, con el total apoyo de la afición, eventualmente consiguió la renovación de su compatriota. En 1974 el Ajax tramitó su traspasó al Real Madrid sin su consentimiento. Al enterarse, fichó por el acérrimo rival de la escuadra madridista. Desde entonces hasta el día de hoy su filosofía de juego y su imagen han sido sinónimo del club catalán.

Fue contratado como director técnico del Barça en 1988. Llegó al equipo cuando éste se encontraba en una crisis similar a la de cuando llegó como jugador. Sus primeros años no fueron fáciles. Pese a fichar a Txiki Begiristáin y a José Mari Bakero, hoy dos de los grandes ídolos del club, Cruyff no lograba convencer a sus colegas de que lo importante no era ganar títulos, sino comprender su filosofía de juego. En 1990 fichó a Michael Laudrup, que había sufrido en la liga italiana y por quien muy pocos hubieran apostado. Pienso en Laudrup hoy y recuerdo a uno de los jugadores más emocionantes de los que haya oído hablar. Tan ególatra era el técnico neerlandés como visionario, una característica que comparten todos los verdaderos genios.

Con la llegada del húngaro Hrsito Stoichkov, otra apuesta arriesgada, su equipo ganó la liga española cuatro temporadas consecutivas, de 1990 a 1994, y jugó las finales de la Copa de Europa en 1992 y 1994.

Ganó la primera contra la Sampdoria en Wembley, la primera para el FC Barcelona. Los 90 minutos transcurrieron con apretadísimo empate 0-0. Cuentan que antes de que comenzara el primer tiempo extra, tras reunir a sus jugadores en el vestidor, dijo unas breves palabras: “Sal al campo y disfruta”. En el minuto 111 Ronald Koeman marcó de tiro libre y Cruyff pasaba a la historia junto con un grupo talentosísimo de jugadores al que recordamos como el Dream Team. Además de Begiristáin, Bakero, Laudrup y Stoikchov, el mítico arquero y capitán Adoni Zubizarreta y el joven Josep Guariola fueron piezas claves del conjunto. Su estilo de juego era una exageración del de la Holanda mundialista que Cruyff mismo había capitaneado. Un 3-4-3/3-1-2-1-3 que practicó un rápido e intrincado juego de pase, un énfasis en la estrategia ofensiva, fútbol total al límite.

La final de 1994 en Atenas es una de las noches más trágicas en la historia del club. El Dream Team llegaba como favorito ante un AC Milan atenuado por lesiones. La victoria fue de 4-0 para la escuadra italiana. Cruyff estaba convencido de que su estilo, su genio, eran invencibles. La confianza y altanería con la que enfrentó a sus rivales esa noche son un claro contraste de la humildad que exigió a sus jugadores su alumno pródigo, Pep Guardiola, durante su etapa como entrenador 20 años más tarde. Hacia 1996 el equipo había perdido su magia y las contrataciones, incluyendo la de Jordi Cruyff, hijo del entrenador, no funcionaron. Carles Rexach, eterno compañero de Johann Cruyff, dirigió los últimos dos juegos del torneo. El fútbol total había despertado de su sueño.

Lee las otras partes de esta historia:

1. La década de Helenio Herrera

2. La derrota de la Naranja Mecánica

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